Países latinoamericanos como Uruguay, Brasil, Chile, Perú, México y Colombia apuestan a las Fuentes de Energía Renovable no Convencional (FERNC) con crecimientos en este frente entre el 1 y el 17% entre los años 2000 y 2014, según cifras del Banco de Desarrollo de América Latina, CAF.
Colombia se destaca en el grupo como el país que ha mantenido entre los años 2000 y 2014 una matriz energética limpia.
Las matrices energéticas de estos países se basan en hidroeléctricas y gas natural pero todas ellas muestran un crecimiento en las fuentes de energía renovable no convencional. Jorge Vollrath, ejecutivo para Colombia del CAF lo expuso así durante la conferencia ‘Renpower Colombia’, celebrada en Bogotá, y que reunió a instituciones y empresas dedicadas a las energías renovables y la infraestructura eléctrica.
Dentro de las FERNC se encuentran la energía eólica, la biomasa, la mareomotriz, la geotérmica y la solar. Uruguay, según las cifras de CAF, ha tenido entre 2000 y 2014 un crecimiento del 17% en este tipo de fuentes de energía.
En el mismo período Brasil y Chile muestran un crecimiento del 8% mientras Perú, Colombia y México obtuvieron un ascenso para este renglón del 3, 2 y 1%, respectivamente.
En los países citados se destaca la presencia de hidroeléctricas en las matrices energéticas y al mismo tiempo una disminución de este tipo de energía para apuntar hacia una diversificación de las fuentes energéticas.
Uruguay en 2000 dependía de la energía hidroeléctrica en un 93% y para 2014 el porcentaje de este recurso bajó a 74%.
En Brasil, en el mismo rango de tiempo, el porcentaje varió entre el 87% y el 63%. Chile presentó porcentajes entre el 46 y el 31%, Perú del 81 al 49, México del 16 al 10 y Colombia del 75 al 71.
La matriz energética colombiana presentó, según el experto del CAF, las siguientes cifras. En 2000: hidroeléctrica: 75%, gas natural: 19%, carbón 5% y FERNC 1%. En 2014: hidroeléctrica: 71%, gas natural: 16%, carbón: 10% y FERNC: 3%.
Además de las fuentes ya citadas para Colombia otros países usan petróleo y energía nuclear para nutrir sus matrices. Es el caso de Uruguay y Brasil que las utilizan en porcentajes que no superan el 7%.