Quizás, los términos compensación ambiental por pérdida de biodiversidad e inversión forzosa de no menos del 1%, suenen extraños y sean difíciles de asimilar por una inmensa mayoría de la población. Pero tienen un profundo impacto en materia de conservación de los ecosistemas.
Cuánto compensar, dónde compensar y cómo compensar son inquietudes recurrentes, no siempre fáciles de responder. Y en muchas ocasiones son fuente de conflicto y de complejos procesos que involucran a distintas entidades y a las comunidades ubicadas en las zonas de influencia de proyectos como hidrocarburos, energía, infraestructura y minería.
La ANLA, consiente de la importancia de estas dos obligaciones, ha iniciado un proceso de diálogo con los diferentes actores. Una de las primeras reuniones se realizó el 19 de diciembre pasado con varias ONGs ambientales.
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