- Lo definido en la modificación de la licencia ambiental, beneficiará a las comunidades del área de influencia del proyecto, ya que la Aerocivil deberá implementar medidas tales como el plan de reconversión de flota aérea, medidas de abatimiento de ruido, construcción de barreras acústicas, entre otras.
- Con las medidas ambientales de disminución de las cuotas de ruido, se espera que las aeronaves que operen en el aeropuerto cuenten con mejor tecnología, lo cual se verá reflejado en la reducción del impacto sobre las comunidades del área de influencia del proyecto.
Bogotá, 29 de abril de 2022. En el marco del trámite de modificación de la licencia ambiental, solicitada por la Aerocivil en el año 2021 para modificar la configuración operacional del Aeropuerto Internacional El Dorado, en los horarios de 5:00 a.m. a 5:59 a.m. y entre 10:00 p.m. y 12:00 a.m. sobre la ciudad de Bogotá, la ANLA dio viabilidad al inicio a la segunda fase de tres, donde los aviones podrán operar en los horarios solicitados, previo al análisis y verificación realizado por la ANLA.
En febrero del 2021, la ANLA dio inicio al trámite de modificación de la licencia ambiental, con la que opera el aeropuerto internacional El Dorado, solicitado por la Aerocivil, lo que conllevó procesos rigurosos de evaluación técnica y jurídica, incluidos los mecanismos de participación ciudadana que establece la ley, garantizando los derechos en los procesos administrativos, lo que dio la viabilidad de la modificación de la licencia, que define tres fases de desarrollo, cada una con una serie de requerimientos, para gradualmente, avanzar en la implementación de diferentes medidas ambientales.
En respuesta a los requerimientos de la ANLA, la Aerocivil aportó información relacionada con planes y cronograma de reconversión de aeronaves, reporte diario de niveles de ruido y trayectorias aéreas, metodología para la formulación de un plan de acción para el tratamiento de los conflictos de uso de suelo existentes en el área de influencia, diseño y cronograma de implementación de barreras acústicas, metodología y cronograma para el desarrollo del inventario de viviendas e instituciones existentes, entre otras, con lo cual la ANLA se fundamentó para autorizar, el pasado 22 abril, el inicio de la fase II de operación aérea.
Esta fase permite al aeropuerto operar en sus dos pistas entre las 05:00 a.m. y 5:59 a.m. en cualquier dirección y con una restricción por cuota de ruido para las operaciones sobre y hacia la ciudad de Bogotá. Lo anterior, se acompaña de una serie de requerimientos que fueron definidos en cronogramas de formulación, diseño y ejecución de medidas de mitigación de ruido y cumplimiento normativo que deben ser cumplidos por Aerocivil y a los cuales ANLA realizará el respectivo control y seguimiento ambiental
Así mismo, la Aerocivil deberá continuar la implementación de las medidas de manejo ambiental establecidas para prevenir, mitigar y corregir los impactos derivados de las actividades resultantes de la solicitud de modificación de la licencia ambiental otorgada para el proyecto, y donde no se podrán incrementar los niveles de ruido de referencia tenidos en cuenta en la modificación.
Por otro lado, durante el desarrollo de esta fase, la Aerocivil deberá entregar a la ANLA, un plan de acción, incluyendo el cronograma de implementación para dar manejo a los conflictos de uso de suelo existentes en el área de influencia, y adicionalmente, modelaciones que demuestren la efectividad de las medidas propuestas, de tal forma, que se evidencie la no potencialización de los impactos presentes en la zona con la operación aérea en los horarios adicionales autorizados.
Esta decisión, basada en análisis de información técnica, incluida aquella aportada en tiempo real por mas de 25 estaciones de monitoreo entre fijas y móviles, y la obtenida durante un plan piloto previo que se desarrolló entre septiembre de 2019 y marzo de 2020, permitió evaluar los impactos ambientales del cambio en la operación aérea, de modo que se logró definir el escenario técnicamente más beneficioso en cuanto a la generación de ruido, lo que implica mejorar la percepción de la comunidad y el incremento en opciones operativas en cuanto a la organización del tráfico aéreo, priorizando las restricciones ambientales, incidiendo positivamente en la dinámica de la economía nacional.