El Convenio de Basilea, adoptado por 181 países desde 1989, lo que lo hace en un acuerdo casi universal, se ocupa del manejo, eliminación y movimiento transfronterizo de los desechos peligrosos.
Colombia hace parte de este convenio desde 1996, lo ratificó en 2011 y en 2016 el gobierno del país viajó a Nairobi (Kenia) para asistir a la décima Reunión del Grupo de Trabajo de Composición Abierta del Convenio de Basilea.
La competencia para realizar la evaluación y seguimiento de las solicitudes de autorización para la realización de movimientos transfronterizos de desechos peligrosos y otros residuos desde el territorio colombiano corresponde a la ANLA.
La Autoridad Nacional de Licencias Ambientales también debe pronunciarse sobre las solicitudes de transito e importación de residuos peligrosos.
El Convenio de Basilea obliga a los países miembros a asegurar que los desechos peligrosos se manejen y eliminen de forma racional, minimizando al máximo que grandes cantidades de residuos atraviesen fronteras y sean abandonados lejos de su lugar de origen. El Convenio abarca desechos tóxicos, venenosos, infecciosos, corrosivos, explosivos, inflamables y ecotóxicos.
El fin último del Convenio de Basilea es proteger la salud de las personas.