Un equipo técnico, encabezado por el Subdirector de Evaluación y Seguimiento de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales –ANLA-, Guillermo Alberto Acevedo Mantilla, realizó una serie de inspecciones a los trabajos que se vienen adelantando en el área de Palagua, jurisdicción de Puerto Boyacá, con el fin de verificar en terreno las técnicas y los avances de remediación de suelos impactados por vertimiento de crudo en los bajos, en épocas en que operaba la compañía petrolera Texas Petroleum Company, áreas que luego fueron cedidas a otras compañías.
La ANLA, en desarrollo de sus funciones, viene intensificando las actividades de seguimiento y verificación de las operaciones de las empresas, a fin de establecer el cumplimiento a las obligaciones de manejo ambiental, orientados a agilizar la recuperación de aquellos ecosistemas que fueron afectados por la extracción petrolera y que se conocen como pasivos ambientales.
“En el pasado, no había la suficiente conciencia ambiental y las prácticas de muchas empresas operadoras de los campos petroleros distaban mucho de los estándares exigidos en la actualidad”, afirmó Acevedo Mantilla, tras indicar que el compromiso de las empresas que hoy operan los actuales de los campos ubicados en Palagua es que, en menos de año y medio, los trabajos de recuperación de las áreas afectadas estén concluidos.
De tiempo atrás
La Texas Petroleum Company fue la primera compañía que operó estos campos del Magdalena Medio bajo contratos de concesión. Después de 50 años, los yacimientos, con excepción en su momento de Campo Velásquez, fueron revertidos a la Nación y actualmente están bajo la participación de las empresas Ecopetrol, Mansarovar (en el año 2005), y la Unión Temporal IJP.
En 1994 Texaco inició negociaciones con la compañía estadounidense Omimex para adquirir Campo Velásquez y el oleoducto, hecho que se concretó en 1995. En 2005 la compañía India Oil and Natural Gas Corporation Limited (ONGC-Videsh) y China Petroleum and Chemical Corporation (Sinopec) fusionaron su capital y conformaron Mansarovar Energy, que adquirió parte de los negocios de hidrocarburos en Puerto Boyacá.
La empresa Ecopetrol, informa que “desde hace seis meses hemos intensificado las labores de recuperación con técnicas modernas, teniendo en cuenta que los depósitos de natas provienen de mucho tiempo atrás, desde que los campos eran operados por Texaco”, dijo el ingeniero Fernando Izquierdo, Ejecutivo Integral de Activos con Socios, tras explicar los procedimientos que se vienen aplicando.
El ingeniero Jorge Barbosa, quien dirige los trabajos en la zona, señaló que las técnicas de remediación, son dos, una física y otra físico-biótica, dependiendo las características de los vertimientos. En ambos casos, se busca restaurar totalmente los terrenos a través de la extracción de los residuos ubicados en el subsuelo y la superficie, la remoción mecanizada, la aplicación de productos bioabsorventes y la aireación.
“Las técnicas permiten dejar las áreas prácticamente libres de contaminación alguna y cumplir más allá de las exigencias de normas internacionales y el protocolo de Louisiana, que establece concentraciones de crudo inferiores al 1%”, subrayó el ingeniero.
Lo más pronto posible
La solución a los Impactos Ambientales no Resueltos, muchos de los cuales vienen desde la segunda década del siglo pasado, es una de las tareas que ha emprendido la ANLA y para lo cual se están coordinando acciones con el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y las corporaciones autónomas regionales, entre otras entidades.
“Este es un aspecto de sumo interés y no podemos permitir que su solución se dilate y que no se cumplan los compromisos adquiridos”, dijo la directora de la entidad, Claudia Victoria González Hernández.
El bosque nativo
Durante la visita, que también contó con la participación del Coordinador del sector de Hidrocarburos, Juan Sebastián Arenas, la asesora en temas de compensación y de inversión forzosa del 1%, Olga Lucía Casañas, y del biólogo, Edwin Ricaurte Avella, se realizó un recorrido por la Ciénaga de Palagua con el fin de observar su estado y hablar con la comunidad para conocer directamente de algunos de ellos, sobre las acciones para conservar y recuperar sus ecosistemas.
A este respecto, se plantearon varias alternativas para conservar los ecosistemas, incluidos, entre otros, la compra por parte de las empresas que están operando los campos, la posibilidad de adquirir unas 1.600 hectáreas de bosque nativo, en excelente estado de conservación y que disponen de una abundante riqueza de flora y fauna, así como la posibilidad de desarrollar actividades ecoturísticas.
Las conversaciones están avanzadas entre operadores, Corpoboyacá, las autoridades locales y la ANLA, pero faltan una serie de compromisos y de detalles que será necesario concretar en el transcurso del año.