Uno de los grandes problemas del mundo, y Colombia no es la excepción, es el manejo de residuos, entre ellos los de llantas, computadores y sus partes, pilas, bombillas, medicamentos vencidos, baterías y plaguicidas, entre otros, muchos de los cuales se depositan en basureros y corrientes hídricas.
El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, la Autoridad de Licencias Ambientales –ANLA-, y otras entidades del Estado han adelantado políticas para la gestión de residuos, las cuales fueron debatidas en la Comisión Quinta del Senado de la República.
Según la directora de la ANLA, Claudia Victoria González Hernández, la entidad tiene dentro de sus competencias el seguimiento y control de los residuos posconsumo, lo cual implica para los fabricantes e importadores cumplir con una serie de metas y planes de recolección. Es más: los consumidores pueden devolver dichos productos cuando estos se convierten en residuos.
Durante el debate, promovido por el senador Juan Diego Gómez, la funcionaria explicó los tres grandes objetivos de los sistemas y planes de posconsumo. Estos son:
-Promover la gestión ambientalmente adecuada de los residuos posconsumo con el fin que sean sometidos a sistemas de gestión diferencial y evitar que la disposición final se realice de manera conjunta con los residuos de origen doméstico.
-Garantizar que los materiales que componen los residuos posconsumo puedan ser reciclados, aprovechados o valorizados por empresas que cumplan con la normatividad ambiental vigente.
-Fomentar comportamientos y hábitos de consumo sostenible en los consumidores.
Responsabilidad extendida
Un elemento fundamental de la estrategia es el concepto de responsabilidad extendida del productor. Es decir: “Los fabricantes e importadores de productos son responsables de establecer canales de devolución de residuos posconsumo, a través de los cuales los consumidores puedan devolver dichos productos cuando estos se convierten en residuos”, subrayó.
Según reveló en el Congreso, desde 2012 hasta lo corrido de 2016 se han producido 2.248 requerimientos por oficio a empresas para la presentación de sistemas y planes de gestión de residuos. Este número es creciente, pues ha tenido el siguiente comportamiento: 2012 (413), 2013 (442), 2014 (564), 2015 (723) y 2016 (106).
La directora de la ANLA se refirió a los canales de comunicación existentes para instruir a los consumidores sobre los puntos de recolección y señaló que entre ellos se encuentran:
-Publicidad en establecimientos comerciales por medio de afiches y pendones.
-Capacitación en Puntos de Recolección a los responsables del establecimiento, quienes se encuentran en contacto con los clientes o consumidores.
-Campañas educativas dirigidas al consumidor final.
-Correos masivos informativos a los clientes.
-Volantes informativos para el consumidor, disponibles en los almacenes o establecimientos donde se implementan puntos de recolección.
-Incentivos económicos a los clientes o consumidores a depositar y devolver los residuos objeto de posconsumo en los mecanismos implementados.
-Divulgación del funcionamiento y finalidad del sistema en páginas web de empresas y redes sociales (Facebook, Twitter e Instagram, entre otros).
“Además de las obligaciones de los fabricantes –nacionales y extranjeros- es importante consolidar una cultura de aprovechamiento de residuos y disposición final de los mismos”, explicó la funcionaria, quien reveló que actualmente hay 134 procesos sancionatorios abiertos a empresas que no han cumplido con sus obligaciones.