El equipo técnico y jurídico de la entidad asistió a la reunión informativa con las autoridades locales y la ciudadanía sobre la modificación de la licencia ambiental solicitada por Cemex Colombia

En una reunión informativa, previa a la audiencia pública que se realizará el próximo 31 de marzo, en el corregimiento de Payandé, municipio de San Luis Tolima, la Autoridad Nacional de licencias Ambientales (ANLA), sobre sus inquietudes frente al impacto ambiental que tendría la ampliación de la mina de caliza La Esmeralda, de propiedad de la cementera Cemex Colombia.

Al encuentro asistieron 180 personas, aproximadamente, de San Luis y Payandé, que expusieron sus inquietudes frente a los impactos sociales, económicos y ambientales de la planta de Cemex y la solicitud de ampliación de 6,14 hectáreas de ampliación para la explotación de caliza, materia prima para la producción de cemento.

Las mayores preocupaciones de la comunidad, la mayoría de las cuales no son nuevas, tienen que ver con la emisión de partículas contaminantes, los efectos sobre los caudales de quebradas y ríos, las explosiones para remover rocas, la utilización de la mano de obra local y la intervención en el área urbana.

Principales quejas

La reunión informativa se extendió por espacio de cinco horas, durante las cuales directivos de la empresa expusieron el Plan de Manejo Ambiental, las políticas de contingencia, las inversiones previstas y las medidas adoptadas para reducir el ruido y el proceso de tratamiento de agua potable.

“Tenemos previsto reforestar dentro del programa de compensación 46,7 hectáreas de bosque”, dijo al iniciar el encuentro, Camilo Sánchez, gerente de sostenibilidad de Cemex, quien desmintió que se esté pensando hacer intervención de terrenos en el área urbana.

Sánchez precisó que la empresa ha adoptado todas las medidas previstas para prevenir la contaminación y señaló que la ampliación del área no se afectará el medio ambiente ni las corrientes hídricas como tampoco se tocará el casco urbano.

“La empresa tiene hacer inversiones en diferentes frentes por 14.600 millones de pesos en los próximos 12,5 años y al cierre minero tendremos completo todo el programa de cobertura vegetal”, subrayó.

Corrientes hídricas

Sin embargo, representantes de la comunidad que intervinieron en el encuentro, manifestaron su escepticismo frente a los planteamientos del directivo y pidieron a la ANLA estar muy pendiente de cada uno de los compromisos ambientales contemplados en el marco de la licencia.

Cemex adquirió hace algo más de 20 años la planta y las minas de material que estaban en manos de Cementos Diamante.

“Nuestra mayor preocupación es por la contaminación de las corrientes hídricas, algunas de las cuales ya no tienen caudal o su le3cho es mínimo”, dijo Pedro Elías Martínez, un habitante de la región.

Virginia Moscoso, residente toda la vida en Payandé, denunció a la avería de cerca de 800 casas del corregimiento debido a las explosiones en la mina para la extracción de material y señaló que si bien ya le hicieron visitas y se comprobó el daño, no ha habido solución alguna.

Quejas por averías

El tema de las explosiones fue una de las quejas generalizadas de la comunidad. Sin embargo, directivos de la compañía dijeron que los casos han sido atendidos y anunciaron que reforzarán con el equipo social la atención a los solicitantes.

Laureano Peña, manifestó que en Payandé no se oponen a la producción de cemento ni a la extracción del material –caliza y arena, sobre todo-, sino a la falta de control sobre la contaminación.

“La compañía hace monitoreo permanente a las emisiones atmosféricas y los resultados siempre están por debajo de los niveles permitidos”, explicó el gerente de sostenibilidad de Cemex, quien señaló que la banda transportadora de material –algo así como un túnel aéreo-, ha reducido sustancialmente la contaminación. Este sistema, precisó, reemplazó la movilidad diaria de 400 camiones.

Jorge Enrique Sarria, otro de los intervinientes, denunció que el caudal de la quebrada El Salado prácticamente desapareció, lo mismo que otros pequeños afluentes como Las Juntas y Aguirre, que desembocan en el río El Cobre.

Entre tanto, Gloria González, enfermera del hospital de Payandé, denunció que son comunes las visitas de niños y adultos por infecciones en la piel y problemas respiratorios y que no es cierto que la mayor demanda por servicios esté asociada a la hipertensión.

Según dijo, en el hospital local no hay médico permanente y pidió a la compañía apoyar el tema de salud. “Nosotros estamos trabajando en temas de salud, pero no podemos sustituir al Estado”, respondió Sánchez, ejecutivo de Cemex.

Sin embargo, hubo varios exempleados y empleados activos de la compañía que defendieron la gestión ambiental, social y económica de la empresa y señalaron que no se le puede dar “trabajo a todo el mundo, máxime cuando no han suficiente mano de obra capacitada.

Un grupo de mujeres emprendedoras de Payandé, encabezado por Liliana Lugo Coronado, expresaron que la compañía sí está contribuyendo con la parte social, sobre todo con el apoyo de proyectos productivos para madres cabeza de familia.

“Lo que nos toca es interactuar más y no depender del asistencialismo”, dijo Lugo, quien advirtió que si la empresa se fuera, la región quedaría en el limbo.


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