La Guajira, 6 de diciembre de 2025. Con un acto comunitario cargado de significado cultural y compromiso territorial, se realizó en Uribia, Guajira la clausura del proceso de formación de la primera Escuela de Gobernanza Ambiental Étnica. Una iniciativa pionera en el país liderada por la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA), que fortalece el liderazgo de las comunidades Wayuu en la construcción de una Transición Energética Justa.
La Escuela nació como respuesta a las solicitudes de las autoridades indígenas en el marco del Pacto por la Transición Energética Justa “La Guajira 2050, un territorio de vida para todas y todos”, y se consolidó como un espacio intercultural para fortalecer capacidades en participación efectiva, derechos ambientales y herramientas para la toma de decisiones informadas sobre los proyectos de energías renovables que avanzan en el departamento.
El proceso formativo fue liderado por la ANLA, los Ministerios de Minas y Energía y de Ambiente, la Dirección de Consulta Previa del Ministerio del Interior, el SENA y Corpoguajira. En total, participaron 30 líderes, lideresas y jóvenes Wayuu provenientes de 12 comunidades de Uribia, Maicao, Barrancas, Riohacha y Albania.
Durante varios meses, los participantes profundizaron sus conocimientos en licenciamiento ambiental, gobernanza intercultural, gestión social, sostenibilidad, derechos ambientales del Acuerdo de Escazú y mecanismos de participación incidente. Este proceso contribuyó a construir un lenguaje común entre comunidades e instituciones, y reafirmó la importancia de que todo proyecto ambiental reconozca el rol central de los palabreros, autoridades tradicionales y sabedores culturales como actores decisores en el territorio.
Uno de los principales logros fue el fortalecimiento de capacidades comunitarias para que jóvenes y adultos Wayuu participen con mayor seguridad y conocimiento en la evaluación, seguimiento y diálogo sobre los proyectos de energías renovables. La formación recibida los prepara para involucrarse de manera informada y efectiva en la implementación de los nuevos estándares ambientales y sociales que exige una Transición Energética Justa.
De cara al 2026, los retos incluyen asegurar la financiación de una segunda etapa, mantener instructores especializados con enfoque intercultural y garantizar que las empresas y entidades responsables de los proyectos cumplan plenamente con las obligaciones de diálogo, participación y respeto establecidas en la normativa vigente.
El cierre de este proceso confirma que La Guajira avanza hacia un modelo de gobernanza ambiental que pone en el centro la cultura, los saberes ancestrales y la dignidad de los pueblos indígenas, demostrando que la transición energética solo es posible si se construye desde el territorio. Logrando integrar soluciones basadas en ecosistemas, innovación tecnológica y gestión participativa de los recursos para proteger los derechos fundamentales y aumentar la resiliencia comunitaria frente a escenarios de variabilidad climática.
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